La aclaración surge tras múltiples reportes que especulaban sobre un posible apoyo estadounidense en la operación. “Estamos al tanto de los informes sobre ataques. No hubo participación ni asistencia estadounidense”, aseguró un portavoz del Pentágono, quien además indicó que cualquier información adicional debería ser consultada con la Casa Blanca.

El presidente Donald Trump no se ha pronunciado públicamente sobre el incidente. Al momento del presunto bombardeo, registrado alrededor de las 12:00 GMT, el mandatario se encontraba en un acto protocolar en los jardines de la Casa Blanca, saludando a los asistentes del picnic anual del Congreso.

El Ministerio de Defensa de Israel afirmó que el ataque fue una acción preventiva, en respuesta a una amenaza inminente de lanzamiento de misiles y drones por parte de Irán. En ese contexto, el gobierno israelí declaró un “estado de emergencia especial” en su frente interno, ante la posibilidad de represalias.

Desde hace semanas, Israel ha advertido sobre su disposición a realizar ofensivas preventivas contra objetivos estratégicos iraníes. Especialmente en el marco de las negociaciones nucleares que buscan frenar el programa de enriquecimiento de uranio de Teherán, una exigencia reiterada por la administración Trump.

El propio presidente había reconocido días antes que existía la posibilidad de un ataque a instalaciones nucleares iraníes, aunque señaló que no era inminente. Reiteró su preferencia por una salida diplomática al conflicto, pero subrayó que “Irán deberá hacer concesiones que, por ahora, no está dispuesto a considerar”.

Previo al ataque, Trump publicó en su cuenta de “Truth Social” que su administración sigue comprometida con una solución diplomática en el marco de las negociaciones multilaterales, cuya próxima ronda está programada para celebrarse este domingo en Mascate, Omán.