La República Dominicana ha asegurado que ha cumplido con todas las obligaciones asumidas desde que se aceptó su candidatura como sede de la Cumbre. Esto incluye la coordinación técnica y logística con la Organización de Estados Americanos (OEA) y otras entidades asociadas. Los recursos ya invertidos en la preparación del evento serán utilizados cuando la Cumbre se celebre en 2026, así como en otros compromisos de reuniones hemisféricas que se llevarán a cabo en el país.

El aplazamiento permitirá la incorporación de los nuevos gobiernos democráticamente electos en la región. Asimismo, se busca ampliar el proceso de consulta con actores estatales, empresariales, académicos y sociales, con el objetivo de construir una agenda más robusta y representativa de los intereses del continente.

El país ha expresado su agradecimiento por el respaldo recibido de organismos multilaterales, naciones aliadas, el sector privado y organizaciones de la sociedad civil que han acompañado el proceso preparatorio de la Cumbre.

La República Dominicana reafirma su compromiso con los principios democráticos del sistema interamericano, que han guiado sus criterios de participación en el contexto hemisférico. Inicialmente, esto implicó la no invitación de gobiernos considerados fuera de la institucionalidad regional reconocida. El aplazamiento busca, en definitiva, fortalecer la Cumbre como un espacio de diálogo y cooperación efectivo para todos los países de la región.