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Dos caras

Cambio rotundo: dejó de ser estrella porno y comenzó su camino como pastor cristiano

La ex estrella del porno Joshua Broome, que quería morir y luchó emocionalmente después de años en la industria del cine para adultos, se convirtió en pastor cristiano.

La ex estrella del porno Joshua Broome, que quería morir y luchó emocionalmente después de años en la industria del cine para adultos, se convirtió en pastor cristiano y traficante de esperanzas en una misión para ayudar a las personas a escapar de la adicción a la pornografía.

Hubo un tiempo en que Joshua Luke Broome, quien en julio cumplirá 30 años, fue un 'peso completo' en el negocio del porno. Bajo el alias de 'Rocco Reed', en 2011 fue el actor masculino más activo de la industria, con apariciones en 133 películas nuevas aquel año; y en 2012 recibió el premio XBIZ al Artista Masculino del Año.

Antes de todo eso, Reed quería ser actor en Hollywood y desde la conservadora Charlotte, Carolina del Norte, viajó a Los Ángeles, California. Él trabajaba de mozo en un restaurante en Los Ángeles, conoció a un grupo de chicas que trabajaban en el porno y aceptó reunirse con un agente, quien le dijo que tenía una oportunidad como estrella del porno.

En 2012 comenzó su crisis luego de firmar un súpercontrato de 6 meses con Men.com/ para películas de sexo gay. En junio de 2012 hizo su primera escena con Tommy Defendi.

En una entrevista reciente, él dijo a los oyentes que no era gay, que en 2013 trató de regresar al porno heterosexual pero la industria no lo permitió.

Según él, fueron tiempos de depresión y hasta flirteó con el suicidio porque no le encontraba un sentido a su existencia.

En mayo 2021, cuando él estuvo invitado a 'Let's Talk Purity' (Hablemos de pureza), el programa de la ex estrella del porno, Brittni Ruiz De la Mora (en el negocio ella fue 'Jenna Presley'), y su marido, el pastor Richard De la Mora, y Reed confesó:

“Todos somos vulnerables en algún momento de nuestras vidas. Si miraba hacia atrás, la educación que había recibido, no podía explicar cómo había llegado a ese punto. Era obvio que yo estaba en un pico de inseguridad y vi una oportunidad para reivindicar mi ego, alguien dijo que no podía hacerlo y yo respondí: 'Obvio que lo haré', y de pronto ya habían pasado 4 años en la pornografía trabajando en el negocio entre 20 y 25 días al mes”.

“Me da escalofríos, porque recuerdo que llegué al punto en que yo ya no era yo sino el personaje en que me había convertido. Para todos yo era 'Rocco Reed'. Fui al banco y me asusté cuando el cajero preguntó por Joshua Broome, mi nombre real. Eso fue muy fuerte. Corrí a mi casa, me miré al espejo y me di cuenta que debía recuperar a Joshua Broome”, recalcó.

Además, contó que “la realidad es que la pornografía provoca aislamiento y desconexión de la intimidad, por lo que es perjudicial para las personas que más amas y, por lo tanto, te perjudica. Hay algo muy grave en todo eso: crea falsas expectativas acerca de lo que debería ocurrir en una relación de verdad".

También dijo: "Sucede que la gente crea estas falsas expectativas de intimidad, de relaciones, de cómo debería verse una mujer, qué debería hacer una mujer ... porque están incorporando como verdadera una representación ficticia del compromiso entre las partes que requiere el sexo".

“Estuve en la industria del cine para adultos durante casi 6 años. Consumí una gran parte de mis primeros 30 años. Impactó en mi vida y tiene consecuencias aún. Logré mucho éxito. Gané mucho dinero. Y descubrí de la manera más difícil que la industria me causó muchos conflictos. Todos y cada uno de los días, recibo cientos de mensajes que dicen: 'Josh, soy cristiano. Amo a Jesus. Pero no puedo dejar de ver pornografía. Por favor ayúdame”, agregó.

Por último, dijo que “entonces, la realidad es que hay cristianos adictos a la pornografía. Es necesario aceptarlo y trabajar al respecto. Las luchas con la ansiedad, los ataques de pánico, la depresión estacional y situacional pueden durar años y crecer con problemas persistentes o venir sin ninguna razón aparente en absoluto. Para muchos, incluyendo mi propia experiencia, es tan grave que contemplamos el suicidio o deseamos que Dios nos quite la vida. Estar abrumado es un sentimiento real. Sin embargo, el amor de Cristo nos obliga".

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