La problemática resulta especialmente llamativa, considerando la imagen que proyecta la República Dominicana a nivel internacional como un país con altos estándares de calidad de vida. Resulta contradictorio que, en este contexto, existan comunidades donde las familias se ven obligadas a recorrer largas distancias para obtener agua, utilizando métodos precarios como cargar cubetas y latas.

La figura de Wellington Arnaud, director de INAPA, también ha sido objeto de escrutinio. Mientras mantiene una agenda política con aspiraciones presidenciales y recorre provincias con discursos, sectores afectados denuncian una desconexión entre su actividad política y la realidad que enfrentan miles de hogares sin acceso al agua potable.

Analistas políticos señalan que esta situación representa un desafío interno para el presidente Luis Abinader. La presencia de figuras dentro de su propio partido que no contribuyen a la eficiencia del gobierno genera preocupación. La continuidad de Arnaud en su cargo, incluso después de los cambios gubernamentales de agosto, ha sorprendido a muchos observadores.

En conclusión, la problemática del acceso al agua potable en diversas comunidades dominicanas, y la gestión de INAPA bajo la dirección de Wellington Arnaud, plantean serias interrogantes. Observadores advierten que, si el presidente Abinader no toma medidas decisivas para corregir estas deficiencias, su legado podría verse comprometido por la falta de resultados en áreas tan esenciales como el acceso al agua potable. La resolución de esta situación es crucial para garantizar el bienestar de la población y la reputación del país.