República Dominicana lanza su Premio Joven de Literatura 2025: ¿la plataforma ideal o un trámite burocrático?

Hace pocas horas, los ministerios de Cultura y Juventud lanzaron oficialmente el Premio Anual Joven de Literatura 2025, dirigido a creadores dominicanos de entre 18 y 35 años, residentes en el país o en el extranjero. La convocatoria, firmada por Roberto Ángel Salcedo y Carlos Valdez, busca fomentar la creatividad juvenil en cuatro géneros: poesía, cuento, novela y ensayo.
A cada ganador por categoría se le otorgarán 100.000 pesos dominicanos y un diploma, además de la obra impresa por la Editora Nacional (300–2 000 ejemplares). El Gran Premio, elegido entre esos ganadores, recibirá 150.000 pesos y una computadora portátil. La publicación y los derechos de primera edición pertenecerán a los ministerios durante tres años.
La recepción de obras se extenderá del 16 de junio al 12 de agosto de 2025, bajo seudónimo y en formato impreso —más digital para quienes residen fuera— con extensiones de 40–100 páginas para poesía, 50–110 para cuento, y 60–120 para novela y ensayo. El jurado, independiente, evaluará según originalidad, lenguaje, profundidad y expresión.
Puntos en debate
- A simple vista, el premio es una inyección económica para la juventud: dinero, diploma, publicación. Sin embargo, la cláusula de autoría libre de IA y la limitación al español excluyen voces híbridas que combinan lenguas o exploraciones creativas con tecnología.
- La exigencia de tres copias físicas y un USB (para residentes locales) puede restar accesibilidad para aquellos sin recursos para impresión profesional.
- Aunque los jurados son independientes, queda la duda de si su selección reflejará el verdadero pluralismo cultural dominicano o prefieran apuestas seguras y “amigables” al establishment.
La iniciativa promete visibilizar nuevas voces y fortalecer la producción nacional —además de exigir un compromiso de los ganadores en charlas y ferias literarias—. Pero para muchos críticos, sigue siendo una promesa que descansa sobre estructuras formales que limitan el acceso real y se quedan en una foto más que en un cambio profundo.
El Premio Joven de Literatura 2025 es una buena noticia para el ecosistema cultural dominicano, aunque está atravesado por condiciones que podrían definir más qué talentos entran… qué quiénes quedan afuera. El mérito está en lanzarlo: ahora, la diferencia la harán los jóvenes que se animen, pese a las reglas, a mostrar su voz.